Compartimos entrevista con Antonio Álamo, que nos presenta la obra ‘Sí a todo’, Premio Lorca 2023 a la Mejor Autoría, con Abel Mora y Maka Rey. Una historia de amor y un thriller médico, o de cómo crear teatro a partir de una situación límite. Estará aquí en La Fundición del 17 al 26 de noviembre.
TORNAVOZ (Javier Ossorio). – Antonio Álamo, autor, ¡Bienvenido! En 1991, con tu primer texto para el teatro, ‘La oreja Izquierda de Van Gogh’, obtienes el premio Marqués de Bradomín, y después llegaron ‘Los borrachos’, ‘Pasos’, ‘Los enfermos’, ‘Caos’, ‘Yo, Satán’, ‘Cantando bajo las balas’, ‘Veinticinco años menos un día’, tus cinco obras con tu compañía Chirigóticas, ‘Patadas’, ‘Mira cómo te olvido’… y otros muchos textos, gran parte de ellos premiados. Y, ahora, en breve, en La Fundición, ‘Sí a Todo’. Esto nos lleva a constatar que tienes mucha producción literaria, además de las novelas, cuentos, ensayos y guiones. ¿Cómo lo haces para escribir casi a título teatral por año?
Antonio Álamo. – No sé si, exactamente, da para una obra por año. Aunque, contando con obra original y dramaturgias, sí, deben de ser más de 50 obras estrenadas.
TVZ.- ¿Y cómo lo haces, tienes un sistema de crear, una forma de escribir metódica?
A.A.- Ojalá hubiera un método, un sistema, pero no, no lo hay. Aunque hayas escrito una buena obra, nada te garantiza que la siguiente pieza vaya a ser mejor y ni siquiera equivalente. No es una artesanía. El desastre y el fracaso siempre están presentes. Cada nueva obra es diferente y te suele exigir una manera única de enfrentarte a ella, de darle forma. Y nunca sabes si te va a llevar unos días, unas semanas o unos meses. Tampoco sabes si va a terminar en la papelera, que, como decía Hemingway, es la principal herramienta en el despacho de un escritor. Una vez que encuentras el camino todo puede llegar a fluir de una manera muy rápida. Me parece que el teatro, al menos en ese aspecto, se asemeja a la poesía. Es un género mucho más inmediato que, por ejemplo, la novela. Y yo, que soy muy impaciente, lo agradezco.
TVZ.- ¿Los temas cómo te surgen? ¿qué te motiva a escribir?
A.A.- Depende, tampoco en esto hay un patrón. Puede ser a partir de algo que has leído, o de algo que has vivido, o de una apuesta de índole formal, o de un encargo que te desafía y te pone a prueba. Cada obra tiene su propio motor, su motivación.
TVZ.- ‘Sí a todo’, que nos presentas en la Fundición, ¿de dónde parte la idea? y, sobre todo, ¿cómo se os ocurre contarla?
A.A.- Parte de una situación un poco al límite. Abel y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo y teníamos ganas de trabajar juntos. Siempre me ha parecido un intérprete excepcional. Lo intentamos en un par de ocasiones, pero no terminaba de presentarse la ocasión. Hasta que, en el 2019, pareció que había llegado el momento. Yo estaba en los trabajos previos del rodaje de una película, ‘Mi gran despedida’, y quería que Abel, además de hacer uno de los papeles, fuera mi ayudante en el taller que monté con las actrices de la película. El día antes de comenzar, me llamó para decirme que no podía cumplir con su compromiso… Me dijo que “tenía un bicho”. Luego, durante el rodaje de la película, nos fueron llegando noticias de él: un día se moría, al siguiente resucitaba, luego se ponía peor y luego parecía que se libraba, y luego que ya no lo contaba, y… No sé cuántas veces me dijeron que se moría; tantas como resucitaba. Pero un rodaje se parece a una guerra; no puedes parar. Así que yo seguí con mi batalla y él con la suya. En cualquier caso, nos volvimos a encontrar un año y pico después, y le pregunté: “¿La has visto?”. Me refería a la muerte, claro. Y se sonrió y me dijo que sí. Aunque ese día no volvimos a mencionar el tema, quedamos en volver a vernos para hablar de ello. Nos reunimos en un campito que su familia tiene en Chiclana y, durante tres días, me estuvo contando su historia, su odisea, su regreso a Ítaca. Era muy emocionante y, en algunos casos, aunque parezca extraño, hilarante. Luego me fui a casa y escribí la obra, con la esperanza de poder transmitir la emoción que yo había sentido al escucharle; me llevó, tal vez, un par de semanas. Tenía ecos de ‘La muerte de Ivan Ilich’, pero, afortunadamente, la cosa acababa bien. Era una historia de amor y era un thriller médico. Y había humor. Se lo envié y le pregunté: “¿Quieres hacerlo?” No lo dudó un instante. Me dijo que sí. Y aquí estamos.
TVZ.- Y el magnífico personaje de Maka Rey, ¿cómo nace?
Al principio pensé en Maka sólo como banda sonora. Quería –como así ha sido— que todo el espacio sonoro fuera creado en directo a través de un único instrumento: su voz. Maka, en la película que Abel no había podido hacer, era la creadora de las canciones y de gran parte de la banda sonora. Y, de alguna forma, era como decirle a Abel: “Vale, no pudiste hacer la película, pero aquí tienes la banda sonora en presente, y de carne y hueso, y solo para ti, para que te acompañe en esta obra, que es tu propia película”. Sin embargo, durante los ensayos, Maka, que además de cantante es una actriz maravillosa, se implicó en el proyecto de un modo muy personal, se fue integrando no solo en las canciones que canta Abel sino también en la acción, y todo fluía de una forma muy natural y orgánica, así que acabé comprendiendo la necesidad de escribir también líneas de texto para ella.
TVZ.- Cuando vi el espectáculo en vuestra anterior visita a La Fundición, no pude evitar sentirme totalmente vapuleado por la propuesta. Lo que me lleva a pensar en los posibles riesgos emocionales que me imagino habéis pasado en los ensayos.
Sí, durante los ensayos, a veces todo era demasiado intenso. Así que, de vez en cuando, yo le decía: “Cuando quieras, lo dejamos, no tenemos por qué hacer este espectáculo: llamamos y cancelamos con el Niemeyer”, que era donde teníamos el estreno. Pero esa posibilidad nunca estuvo en la cabeza de Abel, creo. Hasta que llegó el momento de firmar el contrato y se lo volví a preguntar. Porque después de firmar, claro, ya no había marchar atrás. Su respuesta, como te puedes imaginar, fue: «Sí, sí a todo». Ha sido un proceso precioso, de esos de los que sales de ellos de una forma distinta a cómo entraste. Y para mí, al menos idealmente, de eso va el arte: de transformar cosas, de no salir ileso.
TVZ.- Pues expectantes nos quedamos esperando las funciones de ‘Sí a todo’ en La Fundición. Gracias Antonio, gracias Abel, gracias Maka. Gracias por este hermoso y contundente trabajo que te zarandea y huele a sal, penetrándote en el alma como aire de la Bahía.